01 julio 2022
La Torre de la Canción: Homenaje a Leonard Cohen.
Algunos días después de que Trump ganara la presidencia en
E.U. nos llegó la triste noticia de su partida. Así, como siempre había sido,
discreto y elegante voló el querido Leonard Cohen hacia
otra dimensión quizás. Los seguidores de Leonard somos un
grupo raro. No cualquiera tolera su visión y su incierto camino, no cualquiera
se abre a ello, no cualquiera ha domado esa paciencia para permanecer estoico
expuesto a esa melancolía de banda ancha, para encontrar que después de ese
túnel te espera una enseñanza honesta, poética y sabia de un amigo al que nunca
has tratado. Es lo que causa la fortuna de una obra tan íntima esbozada por la
mano de un maestro en el oficio de las palabras.
Desde que me entere, me entró una tremenda necesidad de
contactar a aquellos pocos que sabía que compartían este trago amargo, seguro
de que les había calado profundo como a mí.
Pasadas algunas semanas el impulso fue tomando forma y mi primera
acción para cristalizarlo fue llamar al querido y tremendo maestro Jaime López
para invitarlo a hacer un homenaje que agradeciera y nos curara un poco el
espanto. El aceptó contento inmediatamente, le propuse que fuéramos varios
cancionistas y que cada quien preparara dos canciones de Cohen más una propia
que le dedicara para agradecer su influencia.
En ese momento me contó que le parecía perfecto y que el justo ya tenía la
canción propia que le dedicaría, la había hecho en ese mismo momento en que
recibiera la noticia esperando un vuelo en el aeropuerto de Monterrey. Para mi
esa fue la primera señal de que era un acierto hacer esto y que la primera
puerta que había tocado era la correcta.
Poco a poco se fueron sumando los demás hermanos
cancionistas. El querido David Aguilar con quien había compartido mucha música
de Cohen aceptó inmediatamente y se dio a la tarea de pensar a quien más sería
acertado invitar a este caldo. El querido Fernando Rivera Calderón fue el
tercero en confirmarme y en ponerse a trabajar sobre su set y ya a la primera
fecha de varias en que nos reuniríamos a tallerear el concierto, David acertadamente nos presentó al querido
Franco Narro.
Sobra decir que esas noches de reunión de Cohencianos ya
fueron un regalo memorable para todos. Poco a poco nos fuimos hermanando, aun
mas, en esta visión y aventura.
El concierto fue una celebración muy conmovedora, las entradas se
agotaron varias semanas antes y la emoción de los asistentes era notable. Llegó
el público y desde las primeras canciones notamos que este tenía una cualidad
de escucha muy especial y profunda que seguramente es la que ejercita aquel que
se sumerge en Cohen.
Era un honor y gran experiencia cantar para y con este público de Leonard. El concierto fluyó y se gozó dejándonos a todos volando y queriendo más.
Su grabación fue planeada de última hora y por eso tiene sus detalles, sin
embargo el valor de lo atrapado tiene ese sabor y la emotividad de ser irrepetible.
Con mucho amor para el maestro Leonard.
-Jaime Ades