18 noviembre 2016
La música de Loli Molina es azul. Así lo afirma la cantautora: canciones con una carga emocional fuerte preparadas para viajar por el oído del espectador. Joven y con una trayectoria prometedora, Loli Molina nos sorprende en esta ocasión en el concierto virtual del mes. Sus primeros pasos en la música comenzaron a sus veinte: desde muy joven firmó contrato con una compañía productora y se entregó de lleno al ambiente musical. Han pasado diez años desde sus primeros pasos que la vieron crecer con temas como “Ricardito”, Ahora, diez años después, su música nos habla de una mujer para la que la música se ha convertido en un hogar.
Su primera guitarra costó cincuenta dólares de aquel entonces. Era una pésima guitarra, cuenta: tan grande que apenas podía mantenerse para tocar. Pero tuvo la fortuna de tener grandes maestros que le enseñaron a tocar bien sin importar el instrumento o la situación. Así, la argentina comenzó tocando canciones de la iglesia, con las que después fue escalando a Nirvana y las bandas de rock de la época. Sobre su sonido, la cantautora busca crear canciones que atraviesen el corazón; no se preocupa por lo teórico, sino que busca crear y experimentar a partir de lo que siente en ese momento. “Soy nerd de la emoción”, dice Loli Molina. “Soy nerd de que suene bien”.
Las canciones de Loli Molina están llenas de poesía. Letrista, guitarrista, y dueña de una voz llena de matices, hay en sus composiciones algo que desencaja, fuera de lo ordinario. Escuchar a Loli es empaparse de una sensibilidad especial, donde el tiempo se suprime y sólo queda el melódico arrullo de su voz. En su música tenemos la capacidad de escuchar no sólo letras sinceras, sino a la presencia de una instrumentista en toda la expresión de la palabra. ¿Qué tantas sensaciones transmite su música que la vuelven azul?
Acompañada por Daniel Zlotnik en el saxofón, la voz de Loli Molina se convirtió en un pretexto perfecto para sentirse en casa. El concierto de Loli transita por temas como “Viajando”, un tema de su autoría que habla sobre transiciones, cambios y nuevos retos, y pasa por clásicos como “Tonada de luna llena”, hasta una conmovedora versión de “Eco”, una de las canciones más conocidas del mexicano David Aguilar. Se trata de un concierto lleno de sentimientos, donde cada uno de los acordes están destinados a tocar las fibras más sensibles del espectador. La misma Loli ha declarado que sus canciones están inspiradas en una sensación de arrullo: de esta manera, la joven cantautora se presenta en el concierto virtual del Foro del Tejedor para ofrecernos momentos llenos de sensibilidad, emoción, y sobre todo, una gran tranquilidad. No cabe duda que escuchar a Loli Molina es dejarse envolver en un ambiente íntimo que genera Para llegar a la música de Loli no se necesita más que la disposición de viajar al compás de su voz, dejarse llevar y encontrar que, como la misma cantautora lo dice, viajar es también cambiar, es aterrizar con las turbinas dando vueltas al revés.
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